De Cómo el Arcipreste Fue Enamorado.
Asi fue que un tiempo una dueña me prisa
Del su amor no fui ese tiempo el respiro
Siempre habia d’ella buena habla y buena risa.
nunca ál fijo por mí, ni creo que hacer quiso
Era dueña en todo, e de dueñas señora, Una hora no es suficiente tiempo de estar con ella, y que es una mujer que no son fáciles de encontrar y que hay que cuidarlas mucho; compara el cuido de una mujer como ella con los judíos cuidar y guardar la Tora
Ella conoce la nobleza del oro y la seda; Cumple andando dócil y alegre.
Es de buenas costumbres, sosegada, y queda, no se podría vender por pintada moneda.
Envíele este poema que está en desuso, ponga 80 más con mi mensaje que me ha expuesto.
Él manda su poema con una mensajera para la dueña y cuando llega la mensajera, la dueña está adornada y vestida bien y si no quiere recibir el mandado que es la poema, hay posibilidad que no va a dar una buena respuesta.