Modern Translation

Cómo el amor vino al arcipreste, y la pelea que con él tuvo el dicho arcipreste

Os diré la pelea que una noche me avino,
pensado en mi ventura, sañudo…y no con vino:
un hombre grande, hermoso, mesurado, a mí vino;
le pregunté quién era, dijo: “Amor, tu vecino.”

Por saña que tenía le quise denostar;
díjele: “Si Amor eres, no puedes aquí estar;
eres cínico y falso en muchos engañar;
salvar no puedes uno, puedes cien mil matar.

Con engaños, lisonjas y sutiles mentiras,
emponzoñas las lenguas, emponzoñas tus viras;
al que mejor te sirve, a él hieres cuanto tiras,
apartes de su amiga al que cae en tus iras.

Traes enloquecidos muchos con tu saber,
haces perder el sueño el comer y el beber;
haces a muchos hombres en tanto se atrever
por ti, que cuerpo y alma llegan pronto a perder.

No tienes regla cierta ni tienes en ti tiento;
algunas veces coges con arrebatamiento,
a veces poco a poco, con maestrías ciento;
de cuanto yo te digo tú sabes que no miento.

Cuando a los hombres coges no das por ellos nada;
siempre los tienes tú en vida muy penada,
haces al que te cree sufrir en tu mesnada,
y por placer poquillo andar larga jornada.

Eres tan enconado que, al que hieres de golpe,
no sana medicina, emplasto ni jarope;
no existe fuerte o recio, que contigo se tope,
a quien no venzas luego, sea letrado o torpe.

De cómo tú enflaqueces las gentes y las dañas,
libros están escritos, de cómo las engañas.
Con tus muchos halagos, y con tus malas mañas
siempre quitas la fuerza, dícenlo tus hazañas.

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